Fractura de cadera
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Se define como fractura de cadera a la lesión grave en los huesos que componen esta articulación, se debe tratar con una mayor atención y concientizar a la personas alrededor de su prevención ya que puede convertirse en una lesión con complicaciones que puede poner en riesgo la vida del paciente.
Existen diversas razones por las que puede suceder una fractura en la cadera, sobre todo en las edades avanzadas donde los huesos empiezan a debilitarse cuando los pacientes presentan osteoporosis, convirtiendo a los adultos mayores en los más propensos a padecer este tipo de lesión.
La clasificación de la fractura de cadera es diversa, todo dependerá de la zona de la lesión, el médico que realice el diagnóstico y los riesgos o dificultad que resulten de la lesión. Para explicarlo de una manera más simple podemos resumir los tipos de fractura en tres principales que son:
Es la lesión parcial o total del área del fémur que conecta con la zona esférica del trocánter, puede comprometerse con desplazamiento o no de los huesos participantes.
Se identifica esta lesión porque sucede en la zona más alejada de la articulación a nivel del fémur, se puede decir que en estás ocasiones es más sencillo el tratamiento.
Este tipo de fracturas ocurre en el fémur en zonas más alejadas del acetábulo, se identifican con facilidad porque se ubica al menos 5 pulgadas más abajo del trocánter menor.
El dolor ante una lesión de este tipo es tan punzante e intenso que el paciente le costará demostrarlo, por lo tanto se puede prevenir una fractura, otros síntomas que pueden ayudar a identificar la zona de la fractura son:
Incapacidad de levantarse y caminar.
Hinchazón en la zona de la cadera.
Hematomas en el área afectada.
Giro innatural, hacía adentro o hacia afuera del lado de la cadera lesionada.
La pierna de la cadera fracturada se ve más corta que la otra.
Dolor intenso y paralizante.
Algunos casos son tan evidentes que el médico identifica la fractura de cadera al ver la condición física del paciente, se complementa la revisión con algunas preguntas claves como si ha sufrido alguna caída reciente.
Sin embargo, se debe complementar el estudio con exámenes de imagen como radiografía o resonancia magnética que ayude al médico a identificar la zona y la complejidad de la lesión con el fin de recomendar el tratamiento más apropiado para el paciente.
En los adultos mayores la causa principal de una fractura de cadera es por las caídas al estar de pie, puede ser por falta de buena visión o por complicaciones neurológicas que permiten la pérdida del equilibrio.
El impacto, por más leve que sea, en una estructura ósea debilitada causa una fractura y por consecuencia un fuerte dolor y la inmovilización del paciente.
Las razones por las que se debilitan los huesos son variadas, comenzando por un déficit en la nutrición, excesos de medicamentos que provocan mareos, entre otros trastornos de salud.
Esta enfermedad silenciosa es la primera causa de esta lesión, por medio de esta condición la estructura ósea del paciente se va debilitando de manera desapercibida, a tal punto que un movimiento brusco puede ser causa de una fractura.
Cada caso es especial ya que el médico debe tomar en consideración la condición física del paciente, sus enfermedades preexistentes, el nivel y complicación de la fractura para así ofrecer el tratamiento más seguro.
Entre las opciones encontramos:
Es una cirugía en la que se emplean unos tornillos para fijar el hueso y mantenerlo fijo mientras la fractura se cura por sí sola, para llevarlo a cabo utilizan una placa de metal fijada en el fémur.
Es ideal para pacientes con un nivel de osteoporosis nulo donde se confíe en la capacidad de regeneración ósea.
Se utilizan prótesis que sustituyen las áreas del fémur y/o del acetábulo y realizan la función de la articulación. Es una excelente opción para reparar la fractura de cadera y solucionar otros problemas dentro de la articulación.
En estos casos las prótesis se adhieren a los huesos con tornillos o pegamento óseo y se asegura el uso rápido de la cadera.
Una fractura de cadera en niños o personas jóvenes es menos común de ver, ya que generalmente son personas en condiciones saludables para sostener el peso del cuerpo sobre sus huesos.
La causa principal de esta lesión son los accidentes automovilísticos en donde el impacto es tan fuerte que el hueso de la cadera, por más fortalecido que esté, no puede soportarlo.
Por otra parte, la densidad ósea de cada persona puede variar, en el caso de las mujeres que lo pierden en una mayor proporción a los hombres es más común encontrar fracturas cuando pasan los 40 años.
Las fracturas son un tema complejo, cualquier mal movimiento puede empeorar la situación del paciente e incluso poner en riesgo su vida ya que se pueden romper tejidos y arterias.
Considerando esto, es bueno establecer que sólo los expertos son los que pueden movilizar a un paciente con una fractura de cadera. Si reconoces que alguien a tu alrededor padece una lesión como esta lo más prudente es llamar a una ambulancia con paramédicos que puedan trasladar al paciente a un centro de salud cercano.
Frente a una fractura es ideal ponerte en contacto con un proveedor de atención médica prehospitalaria y te acerques al paciente para ayudarle a mantener la calma, sin moverlo. Puedes establecer una conversación donde respondas sus dudas y le expliques la razón por la que debe esperar a los paramédicos en esta posición.
Cuando ocurre la lesión, por lo general, el fémur queda en una situación de rotación externa que imposibilita la restauración normal de la estructura ósea, de la misma manera la pierna queda más corta de lo normal lo que a la larga, si la fractura no se opera, puede resultar en deformidad.
Con el paso del tiempo la zona afectada formará una unión llamada pseudoartrosis, en una posición antinatural, que traerá como consecuencia dolor al paciente y la limitación de movimiento.
Se recomiendan las cirugías para recuperar, de manera adecuada, la calidad de vida del paciente.
La recuperación de una operación de cadera es rápida. El médico desea que el paciente recupere la fuerza muscular lo más rápido posible con el fin de comenzar la rehabilitación y la movilidad del paciente.
Según el tratamiento su cirujano de confianza definirá los cuidados y especificaciones que debe cumplir, por lo general, después de un reemplazo total de cadera el paciente debe ponerse de pie a las 48 horas posteriores a la cirugía. Por otra parte, en el caso de la implementación de tornillos y placas, el proceso es diferente.
El paciente debe cumplir con los cuidados establecidos por el doctor y con los movimientos recomendados para la rehabilitación. En cuanto a los cuidados, generalmente se recomiendan algunos fármacos que eviten la infección de la zona afectada, analgésicos para el dolor y otras opciones para prevenir coágulos y otras complicaciones.