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El choque femoroacetabular es una lesión que provoca dolor en la articulación de la cadera, este puede producirse por varias maneras:
La primera, cadera tipo Pincer: Que se refiere al crecimiento exagerado de la zona del acetábulo, que es el hueso curvo de la pelvis donde el fémur se puede rotar para dar el movimiento.
Segunda forma, se le denomina cadera tipo Cam que es el sobrecrecimiento de la cabeza femoral, lo que impide un movimiento normal de la articulación.
Y la tercera manera es la mixta que comprende ambos sobrecrecimiento y, aunque no lo parezca, es la lección que más se halla en los casos de pinzamiento femoroacetabular.
En este apartado nos centraremos en la lesión de cadera tipo Cam con el fin de aprender a identificarla y tratarla de la manera más educada.
Cuando el paciente presenta un pinzamiento femoroacetabular el síntoma principal es el dolor en la zona de la articulación de la cadera. Se describe como una sensación intensa y limitativa en la zona trocantérica que detiene al paciente de realizar cualquier actividad física y generalmente el dolor se irradia hacía la ingle y el muslo.
Al ser síntomas comunes que pueden confundirse con otras lesiones es necesario que el médico ortopedista realice un examen físico diagnóstico que consiste en movilizar la pierna en una maniobra de rotación interna con rotación de 90º si el paciente siente dolor se comprueba el pinzamiento femoroacetabular.
El diagnóstico se completa con exámenes de imagen como tomografía o resonancia magnética.
Es una condición anatómica de cada paciente, tiene que ver con la predisposición de su estructura ósea a desarrollar una cabeza femoral gibosa. La ciencia aún no ha logrado determinar una causa específica para este padecimiento.
Sin embargo, la manera en la que se van presentando los síntomas desde la adolescencia, como la falta de flexibilidad e incapacidad de rotación interna, permiten que los pacientes se den cuenta rápido y puedan optar por un tratamiento oportuno.
Existen métodos quirúrgicos tradicionales y novedosos como la artroscopia de cadera que permite al médico realizar una reconstrucción de la articulación y tratar el pinzamiento femoroacetabular. Esta solución consiste en programar una cirugía al paciente con el fin de moldear, con la ayuda de instrumentos quirúrgicos, la articulación y eliminar el sobre crecimiento de la zona afectada.
Consiste en la apertura de la cadera, luxación y trabajo abierto de la articulación.
Se trata de un tratamiento quirúrgico que consiste en utilizar instrumentos diminutos y una cámara, a través de tres pequeñas incisiones el médico ortopedista cirujano podrá ingresar a la articulación y realizar el modelaje deseado.
Este método asegura una pérdida menor de sangre, así como una disminución de los riesgos en general porque se trata de una cirugía mínimamente invasiva.
La artroscopia de cadera va a aliviar las molestias causadas por el roce dentro de la articulación, al ser un procedimiento mínimamente invasivo la recuperación se logra rápidamente y el paciente retoma sus actividades de vida diaria con mayor soltura y calidad de vida.
La cirugía artroscópica es mínimamente invasiva, los riesgos en general disminuyen, la pérdida de sangre es menor durante la operación, la recuperación es más eficiente, la rehabilitación y los cuidados postoperatorios son más sencillos.
En conclusión, es una solución quirúrgica avanzada que permite una mejoría inmediata.
Dependiendo de las condiciones de cada paciente el periodo de rehabilitación puede ser entre 4 a 6 semanas para retomar la movilidad, las actividades de mayor impacto como practicar deporte, correr, etc dependerá de la decisión del médico especialista que puede evaluar las condiciones reales del paciente y recomendar lo más apropiado para su mejoría.
Los cuidados son simples, consisten en mantener un reposo indicado por un periódo de adaptación que le permiten el tiempo necesario a los músculos y tejidos para sanarse. Es importante también seguir las indicaciones del médico en cuanto a la ingesta de analgésicos y antibióticos, la limpieza apropiada de la herida para evitar infecciones.
Cuando llegue el momento, en un lapso de dos semanas, comenzar con el proceso fisioterapéutico para que la articulación recobre su fuerza y movilidad.
Tanto la operación como el cuidado postoperatorio son igual de importantes para lograr un buen resultado, hay que seguir al pie de la letra las recomendaciones del médico para recuperar la calidad de vida deseada.